Crónica Acción 2O febrero: NO ES CUESTIÓN DE CARIDAD SINO DE JUSTICIA SOCIAL.
CANSADAS
Declaramos que estamos cansadas,
aquí y ahora decimos que estamos cansadas de ser números en las estadísticas de
las instituciones, de ser más 200.000 personas por debajo del umbral de la
pobreza, de ser más de 95.000 desempleadas, de 18.603 unidades de convivencia
que perciben alguna cantidad por el Salario social básico.
Cansadas de no tener acceso a
las ayudas que dicen de carácter social, de la carrera de obstáculos para poder
acceder a las ayudas de emergencia o a un dinero para poder pagar la luz y el
agua en un momento extraordinario de nuestras vidas.
De que nos controlen la vida porque nos hayan dado una ayuda en
un momento determinado, de tener que deambular por el circuito de los servicios
sociales en vez de ejercer nuestros derechos a una vida digna.
Cansadas de tener que sortear
nuestro derecho a un techo entre miles de personas para poder optar a un piso.
De saber que hay cientos de pisos vacíos, sin saber muy bien por qué.
De que nos criminalicen por vivir en la calle, por haber sido
expulsadas de una vida en la que no encajamos y muestren nuestra vida siempre
que en las calles de nuestra ciudad morimos por frío o tenemos un acto de
violencia al intentar satisfacer nuestras necesidades con unos recursos que no
llegan para todas.
Cansadas de que hablen por
nosotras, de que digan qué nos conviene y qué no, mientras nos hacen firmar
itinerarios de inserción social. De no contar ni para la sociedad ni para los
que dicen querer transformarla porque no entramos en el perfil necesario.
Cansadas de no poder
encontrar ya en las otras personas el apoyo necesario y las redes de
solidaridad que nos hagan poder vivir con autonomía, ser protagonistas de
nuestra vida. Que nuestros derechos se centren en evitar la dependencia y no en
trabajar la autonomía.
Estamos cansadas de ser invisibles y nos vamos a mostrar. A
mostrar que los derechos que se nos reconocen son insuficientes, que las ayudas
de carácter social que se promueven no sirven para la autonomía de las personas
sino para el control social. El papel de las instituciones políticas en la
permanencia de estas situaciones. La acumulación de la riqueza como una de las
causas de la exclusión social. Mostrar la estigmatización y la criminalización a la
que se nos somete por no estar en el margen del consumo que admite la sociedad.
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